A veces sin querer evitarlo me paro en el camino y miro hacia atrás. A veces, solo a veces, en el silencio y la soledad de mis recuerdos, me paro en el camino y me pierdo. Hoy la nostalgia duerme dentro de una caja de cerillas en el bolsillo. Nada queda ya por olvidar. Siento el miedo clavarme sus cuchillos en el alma, sin sangrar. El peso de los años hacen pesada la carga y el camino se divisa cuesta arriba. Quizás, siempre existe otro quizás. A mi lado hay quien me espera, deteniendo su marcha para verme avanzar. Una ultima mirada, la nada ya a engullido todo a su paso. El sueño confunde mi mente, pero mi corazón sigue amando esa parte de mí que nunca quiso vivir.
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