Son las 00:34h de la noche y el teléfono me desvela de mi ya espesa neblina con sabor a daiquiri. Después de un día entero de pérdida y perdidas al fin consigo oír tu voz. Sorpresas a media noche que ya no esperaba encontrar. Casi no recuerdo cuáles fueron tus palabras, ni siquiera si mantuvimos algún tipo de conversación. Solo se que eras al fin tu y con eso me basta. Es justo en ese instante de paz que se que piensas en mi. Y aunque al poner la cabeza de nuevo sobre la almohada la oscuridad se apoderara de mi otra vez, esta mañana era todo diferente. Como siempre des de que apareciste.
1 comentario:
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