Ayer recordé lo que era el placer. Recordé noches enteras, otros lugares, otra gente. Y todo bañado con un suave chocolate, con remolinos de caramelo, grandes nubes y peces de chocolate. Me arrastraron aun tiempo siempre pasado, oxidado ya en la memoria. Silencios a media luz, la tranquilidad de un hogar que no era el mío. El olor a pizza en el pelo, mi sueño en tu regazo, la película a punto de empezar y mis peces de chocolate...
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