domingo, noviembre 28, 2010

Me despido

Entra el frío del norte por las calles de la ciudad. La calefacción encendida y olor a naftalina en los abrigos. El mundo se tiñe de gris y las luces de navidad apagadas añaden más sensación de frío. No me gusta el invierno.

Hablamos casi cada día, tu voz saliendo por el auricular suena fuerte a veces y mi corazón se llena de esperanza. De sueños imposibles y eternidad. Pero luego llega el momento de la despedida y nuestros miedos aparecen de nuevo. Empiezas por decirme adiós y yo acabo disimulando las lagrimas para que no te des cuenta que no seré fuerte cuando llegue el momento. Me dices que me quieres, que siempre me has querido. Yo te quiero, siempre te he querido. Con toda el alma. Un sentimiento extraño se apodera de mi y te lanzo todos los "tequiero" que me quedan por decirte, todos los "tequeiro" de una vida entera sin ti, se amontonan uno detrás de otro y se mezclan con las lágrimas que no dejan de caer. No quiero que veas mi miedo, que intuyas mi pánico a la vida sin ti. Se que te estas despidiendo de mi por si no hubiera otra llamada y yo me despido de ti por si no tuviera la oportunidad de estar contigo cuando decidas abandonar.

Y sin saber muy bien como acabo colgando el teléfono, me quedo en silencio en medio de la gran ciudad, las calles llenas de gente, coches, luces, frío, más gente, más coches, más frío. Te quiero.

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