Hoy llueve sobre la ciudad. El cielo se confunde con el asfalto
gris y los rostros desaparecen tras paraguas de colores. Duermes en un lugar
oscuro, con tus mejores ropas, en una cama hecha de rosas. Con los rostros que
tanto querías entre tus manos. Aun no ha llegado el frio, las tardes ya son
oscuras y tu recuerdo me asalta en medio del ruido. La soledad reside dentro de
mí, la siento moverse en mi corazón. Te hecho tanto de menos, tu voz duerme en
mis oídos y el olor de tu piel recorre los rincones de casa. Salí corriendo de
ese hospital y no he dejado de correr. No puedo detenerme, no puedo afrontar
que ya no te veré nunca más. Ayer te quise llamar, por un segundo todo era como
siempre y recordé que hacía mucho que no hablaba contigo, por un segundo olvidé
que ya no estás aquí. El segundo más dulce des de que te dije lo mucho que te
quería y tú me respondiste.
Cuanto
hace que te fuiste, cuanto hace que no soy feliz. Tu sitio esta vacio cada sábado,
miro la silla donde deberías estar y te veo mirarme y sonreír. Eres mi secreto
mejor guardado, mi amor más profundo y mi pasado, mi presente y todo mi futuro.
Siempre
seré tu prueba de vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario