Pasear contigo bajo la lluvia, refugiar-nos del viejo frío en un pequeño restaurante en el corazón de la ciudad. De charlas por la vida, al compás de las burbujas de un buen vino. Siempre me dejas hablar y yo hablo demasiado. Esta noche haces que mis miedos, los de siempre y los nuevos, se olviden unas horas de mi. Sentada al otro lado de la mesa me haces desear ser mejor, para ti, para mi, para intentar esto de los dos. Dejo todo el peso de la responsabilidad sobre tus hombros, y solo me sonríes como moneda de cambio. Yo ya no confío, pero tu lo haces en nombre de los dos. Ando por la vida ya sin fe, o eso me gustaría hacer si no estuvieras. Distraida piso tus huellas en el camino siguiendo un rumbo hacia ninguna parte, alejándome del mar y las tormentas de verano. Alejándome de mi infancia y de los sueños de nunca jamás. A menudo te cuesta seguir el hilo de mis pensamientos, corres de tras de ellos pero ellos vuelan sin contar contigo. Se que perdonas mis pecados cada noche al acostarte, que das, solamente das. Me quieres como nunca antes nadie me ha querido, me ves como nunca antes nadie me vió. Pq así eres tu, alguien que cree que para construir ese mañana (sea cual sea) hay que apostar el corazón. Y aun sabiendo que no lo merezco, esta noche, comparto un primer plato y brindas por mi. Será una velada tranquila mientras Barcelona se llena de lluvia.
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