Los años se suceden uno tras otro, pero siguen habiendo cosas que no canvian que son constantes a lo largo de una vida. Recuerdos que hoy comparto de caricias del ayer con alguien tan diminuto y blanco como un quesito. Y ese otro alguien que no le importa ponerse el sombrero del nuevo disfraz para hacerle sonreir, como tantas otras veces hizo con nosotros...
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