Lucie despertó una mañana, escondida bajo el edredón, el tic tac del reloj acompasaba el latir de su corazón. Se aventuro a sacar un pie al exterior, la casa estaba fría, fría y en silencio. Hacia muchos días ya que las ganas de luchar se habían esfumado, junto con el verano, la primavera, las navidades pasadas y su juventud. Su cama bacía de sueños, no era más que un montón de sabanas arrugadas. Sabanas bordadas con flores amarillas con grandes jarrones violetas, sonrió al pensar que hoy estarían en algún vertedero sino fueran un regalo de su madre.
Lucie despertó una mañana, y nada había cambiado. El mundo seguía girando como siempre al rededor del sol. Un sol que se colaba a través de las cortinas inundando la habitación de una calma fingida. Que mas da si ese día no iba a trabajar i si ni siquiera se levantaba de la cama, todo, absolutamente todo seguiría igual. Y si solo de dedicaba a mirar el reloj, a ver las horas pasar. Aun con los ojos hinchados de dormir, el pelo enredado y la boca pastosa se negó a luchar, que comportaba una batalla perdida en medio de la guerra que era su vida.
Lucie despertó una mañana, queriendo no haber despertado, queriendo no ver más amaneceres. Imaginando una vida diferente, desanimada por no haber sabido por haber confundido, por haberse engañado tanto. Esa mañana, una mañana de invierno, fuera el termómetro marcaba bajo cero y los coches soltaban grandes bocanadas de humo. Las calles llenas de gente con miles de destinos, moles de sitios a os que regresar.
Lucie despertó una mañana, y sin saber muy bien pq su vida había desaparecido. Empezar de nuevo. Volver a la casilla de salida. sin corazón. Los labios morados de frío y un lodo negro cubría cada uno de sus recuerdos. Aun con tierra en las manos por la caída, las rodillas peladas y y moretones en el alma.
"to tell them to It's true... I was made for you..." El teléfono dejó de sonar. Esa mañana nadie cogió el teléfono. Esa mañana.... Lucie se rindió.