miércoles, noviembre 21, 2007

Desayunos

Encontrarte en mis días, aun cuando el sol no apaga los sueños de muchos y la ciudad sigue el lento transcurrir de las horas nocturnas. Cobijados del frió ante un café y el olor a pan recién hecho. Imaginando tiempos pasados y futuros, escondidos bajo llave. No hay palabras, y las que se escapan no dicen nada.
No hace falta.
Ando por el frió, en la penumbra de este amanecer. Voy a encontrarte, me gusta encontrare, en mis mañanas, en mis días y mis noches. Por casualidad en una llamada o al borde de mi piel.

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